Ocurrió a las 3 de la mañana del pasado 27 de noviembre en barrio Costa Azul, donde además de la vivienda funciona una ferretería.
A esa hora la dueña de casa se despertó por los ladridos insistentes de sus perros. Al mirar por la ventana, vio a un hombre con un teléfono celular. Tras alertar a sus familiares y salir a la calle para investigar el individuo dijo que pasaba por el lugar y vio a dos sujetos, uno ingresando a la casa y otro vigilando, quienes huyeron al verlo.
Sin embargo, al ingresar nuevamente a su propiedad, la víctima notó que el alambre perimetral había sido roto. Luego de una búsqueda exhaustiva por la casa, el personal que participaba de la pesquisa logró dar con el acusado escondido en la parte trasera del fondo. Al revisar sus pertenencias, la dueña de la vivienda constató la falta de diversas herramientas, incluyendo dos palas grandes, dos picos, diez rollos de alambre de cinco kilos y una caja de clavos de veinte unidades, lo que representaba un valor total de trescientos cincuenta mil pesos. Además, se encontraron otras herramientas acumuladas cerca de la puerta de ingreso, listas para ser sustraídas.
El acusado fue reducido en el lugar por un vecino, el esposo y los hijos de la víctima. Mientras lo sacaban del domicilio, el hombre de 36 años intentó fugarse, aunque fue recapturado a pocos metros. La víctima manifestó a las autoridades que esta no era la primera vez que ingresaban a su local y solicitó medidas de restricción, temiendo represalias por lo sucedido.
Durante una audiencia flexible y multipropósito la jueza de Garantías Claudia Puertas declaró procedente el acuerdo de juicio abreviado al que llegaron las partes y condenó al hombre de 36 años a la pena de tres meses de prisión de ejecución efectiva por ser autor del delito de robo simple.
Además fue declarado reincidente por tercera vez y se ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1 para el cumplimiento de la pena. Allí será incorporado a un programa de rehabilitación para realizar un tratamiento por sus adicciones.