En una audiencia flexible y multipropósito la jueza de Garantías Ada Zunino declaró procedente un acuerdo de juicio abreviado al que llegaron las partes.
En ese sentido dos individuos fueron condenados por múltiples hechos delictivos ocurridos en agosto y septiembre pasados en la zona de Grand Bourg. Los imputados reconocieron su participación y responsabilidad en los hechos y prestaron conformidad con la pena acordada.
El joven de 21 años fue encontrado autor material y penalmente responsable de los delitos de hurto, estafa por el uso de tarjeta de crédito o débito (cinco hechos) en concurso real, hurto calificado por escalamiento, y robo simple (dos hechos), y cumplirá la pena de un año de prisión de ejecución efectiva.
Registraba antecedentes condenatorios del 10 de julio pasado, por lo que se dejó sin efecto la condicionalidad de la condena anterior y unificó ambas en la pena única de tres años de prisión de ejecución efectiva. Se ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1.
Un hombre de 33 años, fue condenado como autor material y penalmente responsable de un delito de robo simple. Se le impuso la pena de un mes de prisión de ejecución condicional y se ordenó su inmediata libertad. Deberá cumplir reglas de conducta por el término de dos años
Los hechos abarcaron robos y estafas, principalmente atribuidos al joven de 21 años, y un robo simple cometido en coautoría con el segundo acusado. Comenzó el 25 de agosto, cuando el damnificado, residente en el barrio La Loma, descubrió que una persona desconocida había sustraído una caja con piezas de una cama elástica ubicada en su garaje. Además, se verificó la sustracción de una billetera del interior de su vehículo que contenía, entre otras cosas, cuatro tarjetas de débito y crédito. El hecho se agravó al descubrir que se habían realizado cinco extracciones y compras no autorizadas utilizando una de las tarjetas de débito, incluyendo un retiro de efectivo de 150 mil pesos. La víctima de este hurto y estafa aportó un video fílmico donde se visualiza al posible causante.
Un día después ocurrió un hurto calificado por escalada en el barrio Alborada. El denunciante pudo observar a través de las cámaras de seguridad conectadas a su celular cómo un sujeto conocido en la zona como "el porteño", trepaba por el techo de la parte frontal del domicilio. Tras dar aviso al 911, se constató que el intruso había sustraído una bicicleta eléctrica. El mismo individuo ya había sido visto en las inmediaciones con actitud sospechosa, observando las instalaciones.
El 28 de agosto un vecino del barrio La Loma advirtió que la puerta trasera de su vivienda había sido violentada y encontró herramientas dispersas afuera. Cuando entró notó la falta de un juego completo de sanitario (bidet, inodoro y mochila de depósito). Una vecina le contó que el causante se trataría del tal "Porteñito".
Finalmente, el 4 de septiembre, se produjo un robo simple en una vivienda deshabitada en venta en el barrio La Loma. Al ingresar, la denunciante notó que las habitaciones estaban desacomodadas, cajas embaladas habían sido abiertas y la ventana trasera estaba forzada. Se constató la sustracción de una gran variedad de elementos, incluyendo un televisor, una impresora multifunción, una computadora de escritorio, un microondas, una licuadora, una caja de herramientas, seis sillas de madera de roble, y hasta un reloj biométrico de registro de huella y otros elementos que eran propiedad del Centro de Salud 46. En este último hecho, los indicios señalaron la participación de ambos acusados.