Los hechos ocurrieron en el paraje Campo Blanco de Aguaray, donde una niña de 13 años fue víctima durante el año pasado de dos hechos contra su integridad sexual.
El primero de los episodios tuvo lugar en febrero de 2024, cuando el acusado irrumpió en la vivienda de la niña tras forzar una ventana rompiendo la tela mosquitera. Cuando ingresó al domicilio se dirigió hacia donde estaba la menor y abusó de ella, luego de lo cual le exigió que no diga nada sobre lo sucedido.
Unos meses después, en abril del mismo año, volvió al lugar con la intención de repetir el ataque, pero en esta ocasión su intento se vio frustrado por la intervención del padre de la niña, que lo obligó a huir.
El juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartgal
Ricardo Hugo Martoccia, declaró al joven de 24 años culpable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal por el hecho de febrero, y de abuso sexual en grado de tentativa por el suceso de abril. Ante esto le impuso la pena de siete años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo.
El fallo incluyó la extracción de muestras genéticas del condenado para su inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculado a delitos contra la integridad sexual. Además se dispuso su inmediato traslado a la Alcaidía de Tartagal, desde donde será derivado a la cárcel local.
