La causa inició, entre otros motivos, por hechos ocurridos el 4 de enero de 2025 en una dependencia policial de San José de Metán.
Según el informe policial aquel día, pasadas las 9, un hombre se presentó en una dependencia policial y comenzó a insultar a todos a los gritos. Mientras intentaban controlarlo, los policías vieron que en su cintura llevaba un arma blanca.
Lo invitaron a salir de la dependencia, pero en ese momento supieron vía radial que el mismo hombre se había dado a la fuga del domicilio de una mujer donde habría estado causando disturbios a pesar de tener medidas restrictivas y exclusión del hogar. Fue allí que sacó el arma blanca y amenazó a los policías, pero luego comenzó a irse. Al intentar reducirlo, agredió físicamente a uno de los efectivos y provocó lesiones en la mano y rodilla izquierda.
Finalmente, desistió de su actitud, arrojó el arma al suelo, y se logró su demora. Al colocarle las esposas, comenzó a golpearse la cabeza contra una pared con intenciones de autolesionarse, conducta que repitió una vez en la oficina de celadores, causando lesiones leves.
Este incidente, junto a otros casos previos que fueron acumulados, fue tratado en una audiencia flexible y multipropósito. Durante la audiencia, las partes informaron que se había arribado a un acuerdo de juicio abreviado. La jueza de Metán Carolina Poma Salvadores acumuló varias causas preexistentes a la principal y condenó al individuo, de 36 años, por ser autor de los delitos de lesiones leves agravadas por la relación de pareja y el género (tres hechos), desobediencia judicial (cuatro hechos), daños (dos hechos) y amenazas (un hecho).
Cumplirá la pena de un año y cuatro meses de prisión de cumplimiento efectivo, y además fue declarado reincidente por tercera vez, ya que registraba condenas anteriores.
La jueza también ordenó la extracción de material genético del condenado por parte del Servicio de Biología Molecular para su posterior inscripción en los Bancos de Datos Genéticos correspondientes.