El año pasado, el 4 de septiembre, el hombre que se bajaba de un vehículo para pagar los jornales a sus empleados de una construcción con una mochila con un millón doscientos cincuenta mil pesos en efectivo fue abordado por dos individuos. Uno de ellos llevaba un cuchillo tipo sierrita y lo obligó a entregar la plata.
El hecho ocurrió en la calle Caseros de Colonia Santa Rosa donde se realizaba la obra de construcción.
Con el dinero en su poder los dos asaltantes se fueron corriendo por la calle San Martín. La víctima salió a buscarlos y comenzó a preguntar entre los vecinos de la zona.
Los vecinos dijeron que habían visto a un individuo conocido como "Angu" con una mochila similar a la que tenía la plata y agregaron que iba acompañado de otro sujeto.
Con esta pista, una vez hecha la denuncia, los policías encontraron al tal “Angu” en el Asentamiento Nueva Esperanza. Y cuando entraron al domicilio lo encontraron en el patio escondido y con la mochila en su poder.
La mochila todavía tenía parte del dinero robado. Había cuatrocientos mil pesos junto con otros objetos.
En una audiencia flexible y multipropósito del Plan Piloto de Oralidad el juez de Orán, Mario Maldonado resolvió un caso condenándolo al imputado de 28 años en un juicio abreviado por el delito de robo simple imponiéndole a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional. Junto con la condena le impuso al hombre reglas de conducta bajo apercibimiento de revocar la condicionalidad de la pena en caso de incumplimiento.
Entre estas reglas de conducta se destacó la prohibición de acercamiento a la víctima, de cometer nuevos delitos y la obligación de someterse a tratamiento por sus adicciones.