Un hombre de 35 años que cometió una serie de delitos en diferentes fechas y lugares resultó condenado a prisión efectiva. Tenía una condena previa.
El 26 de junio de 2023 sustrajo un teléfono celular de un local comercial ubicado en la calle Oran al 1900 y luego, utilizando el teléfono robado, realizó una transferencia de dinero desde una cuenta de Mercado Pago perteneciente al damnificado.
El 27 de agosto de 2023 ingresó a un local comercial de venta de pollos ubicado en Avenida Solís Pizarro al 1400, donde sustrajo dinero en efectivo de una oficina. El mismo día robó un teléfono celular de una vendedora en un local comercial en la calle Mendoza al 1100.
El 2 de noviembre de 2023 sustrajo otra alta suma de dinero de una oficina ubicada en el primer piso de un taller mecánico en la calle Corrientes al 1400, utilizando un inyector para forzar un cajón del escritorio.
El 12 de noviembre de ese mismo año ingresó a un domicilio en el barrio Santa Victoria y sustrajo cerca de dos millones de pesos y dos teléfonos celulares de una oficina, pero fue sorprendido por el dueño de la casa, con quien forcejeó antes de huir con aproximadamente 200 mil pesos. Ese mismo día robó entre alta suma de dinero de un local comercial en la calle Lamadrid al 900, luego de haber sustraído las llaves del vehículo del dueño del local.
El 21 de diciembre de 2023 ingresó a un taller de chapa y pintura en la calle Leguizamón al 1700 y se llevó dinero de una caja de metal guardada en un cajón de escritorio, en el primer piso.
El 6 de marzo de 2024, robó dinero de un local de pastas ubicado en Alvarado al 1500, escapando en una motocicleta.
El 29 de febrero de 2024 sustrajo tres teléfonos celulares de un local comercial en la Feria Virgen de Urkupiña. Finalmente, el 26 de marzo de 2024, ingresó a un taller mecánico denominado en avenida San Martín al 1600 y robó dinero en efectivo (pesos y dólares).
Ante estos hechos, el juez José Luis Riera, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, condenó al acusado a la pena de dos años y dos meses de prisión de ejecución efectiva. Se revocó la condicionalidad de una pena anterior y se unificó ambas condenas en el monto de dos años y seis meses de prisión de ejecución efectiva por los delitos de hurto (siete hechos), estafa informática, robo simple (dos hechos) y hurto calificado de llave verdadera sustraída, todos en concurso real.
El sujeto fue condenado en un juicio abreviado del Plan Piloto de Oralidad en el marco del cual reconoció su responsabilidad en los hechos denunciados.