Fue condenado a tres meses de prisión efectiva tras ser encontrado responsable de una serie de robos simples.

La investigación involucró el minucioso análisis de cámaras de seguridad y el rastreo de información pública en redes sociales. El caso se definió en una audiencia flexible y multipropósito donde las partes llegaron a un acuerdo de juicio abreviado y el acusado reconoció su participación en los hechos y aceptó la pena.

Los sucesos se remontan al 20 de enero de 2025. Pasadas las 8 de la mañana, una mujer de 59 años, que se había trasladado junto a su esposo para realizar compras destinadas a abastecer su kiosco se encontraba en el interior de un mayorista. En ese momento, un hombre se le aproximó por la espalda y, de manera sorpresiva, le arrebató la cartera que llevaba en el brazo, cortando la correa con la que la sostenía. La cartera contenía, entre otras cosas, su teléfono celular y la suma de trescientos mil pesos en efectivo.

La secuencia del escape, captada por las cámaras de seguridad del local, mostró al agresor salir corriendo después del arrebato. A pocos metros, lo aguardaba otro hombre a bordo de una motocicleta. Ambos delincuentes emprendieron la fuga rápidamente en el vehículo, llegando incluso a circular en contramano por una ruta cercana antes de perderse de vista.

El personal a cargo de la investigación analizó detalladamente las filmaciones de las cámaras de seguridad del mayorista. Estas imágenes permitieron obtener una descripción precisa del principal sospechoso. También revelaron los movimientos previos del cómplice en la motocicleta, quien aparentemente realizaba tareas de observación y llegó a señalar a la víctima antes del robo.

Así, la búsqueda se orientó a una persona conocida en el ámbito delictivo con el apodo de "Chulo". Una búsqueda en Facebook utilizando este apodo condujo a la identificación de un perfil. Publicaciones encontradas, una de ellas replicada en un grupo barrial, alertaban sobre robos presuntamente cometidos por el tal "Chulo", mencionando que era de barrio Fraternidad y que incluso su madre reconocía su accionar delictivo.

Al cotejar esta información con bases de datos policiales y perfiles de redes sociales públicos, se logró establecer la identidad del principal investigado, un hombre de 27 años. Estos elementos llevaron a la fiscalía a solicitar una orden de allanamiento y detención en el domicilio del sospechoso, con el objetivo de dar con su paradero, intentar identificar al segundo implicado en el hecho, recuperar los bienes sustraídos y recabar más pruebas.

Durante la audiencia, el hombre, asistido por su defensa, reconoció su responsabilidad en cinco hechos de robo simple y aceptó la pena acordada.

En su sentencia, el juez de Garantías interviniente declaró procedente el acuerdo de juicio abreviado y lo condenó a la pena de tres meses de prisión de ejecución efectiva por ser autor de los delitos de robo simple reiterados (cinco hechos). Se ordenó su inmediato traslado a la Unidad Carcelaria 1 para dar cumplimiento a la pena impuesta.

Además fue declarado reincidente por primera vez debido a que ya registraba penas anteriores y se dispuso su sobreseimiento en relación a otra causa por hurto por escalamiento ante el retiro de la acusación fiscal por no haber participado en el hecho.