Un hombre de 41 años resultó condenado a ocho meses de prisión condicional por el delito de estafa.

La jueza María Victoria Montoya Quiroga, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio, ordenó que el imputado permanezca en libertad por la modalidad de la pena dictada y le fijó reglas de conducta durante dos años.

En el mismo fallo, el sujeto resultó absuelto del mismo delito (estafa) en relación a otra denuncia, por aplicación del principio de la duda.

El denunciante relató que al momento de los hechos se encontraba trabajando como personal de mantenimiento en el Parque Bicentenario y entabló amistad con un compañero, quien le comentó que tenía una prima que podía tramitarle la entrega de una casa del Instituto Provincial de la Vivienda. Para ello, tenía que entregarle documentación de su grupo familiar y una suma de dinero en efectivo. Luego, argumentando que la prima necesitaba más dinero para gastos de sellado, le solicitó una nueva entrega de efectivo.

Posteriormente, este compañero de trabajo le dijo que un asistente social del IPV iba a contactarlo para verificar la constitución del grupo familiar. Fue entonces cuando entró en escena el condenado, quien se comunicó por teléfono con el denunciante haciéndose pasar por personal del IPV. Acordaron encontrarse en el centro y allí le solicitó la entrega de una suma de dinero. Luego le exigió dos pagos más. A partir de ese momento, el imputado lo bloqueó y no atendió más sus llamados telefónicos.

Entre otras obligaciones, durante dos años, el condenado deberá abstenerse de acercarse al denunciante, a su domicilio y lugares donde concurra; realizar tratamiento psicológico previo informe que acredite su necesidad y eficacia.