Un paseador de perros resultó condenado a un año de prisión condicional por el delito de abuso sexual simple (dos hechos), en concurso real.

El procedimiento abreviado se llevó a cabo en la Sala VI del Tribunal de Juicio, presidido por el juez Guillermo Pereyra.

La denuncia fue presentada por la madre de la menor damnificada. Relató que, en dos oportunidades, el acusado se acercó a su hija y la sometió a tocamientos impúdicos. La primera vez ocurrió cuando la niña jugaba en una cama elástica, en su domicilio. El sujeto había ido a retirar a sus mascotas para llevarlas a caminar. La segunda vez fue en el local de peluquería canina que tenía el acusado. En esa oportunidad la menor había ido a retirar a sus perros.

El juez enumeró una serie de obligaciones que el condenado deberá cumplir durante dos años para no perder la modalidad condicional de la pena. Así, tendrá la obligación de fijar domicilio y someterse a tratamiento psicológico. Además, le prohibió acercarse a la víctima y a su grupo familiar y ejercer cualquier tipo de violencia en su contra, así como contactarse con la menor por cualquier medio, incluidas las redes sociales.