La conducta delictiva del hombre de 28 años se había vuelto recurrente en el barrio San Pablo, ya que días antes del incidente algunos vecinos lo habían visto "rondando y visualizando los domicilios".
Comenzó el 15 de septiembre pasado, cuando sustrajo un fardo de gaseosas del vehículo de uno de los vecinos. Unos días después, habría sustraído ropa y calzados que se encontraban en la planta alta de la casa de la víctima, para lo cual escaló la loza.
Horas más tarde, cerca de las 2 de la madrugada, un vecino se encontraba en el balcón de su casa cuando se percató de la presencia del mismo joven sobre el techo del domicilio del frente. El acusado, pariente de otra de las víctimas, había logrado ingresar al patio de esta vivienda al escalar las rejas y pisar la pared. Al notar que el vecino lo había descubierto lo amenazó mientras llevaba una cubierta con llanta rodado 13 sustraída del capó de un auto que estaba abierto.
En una audiencia flexible y multipropósito el imputado reconoció su participación y responsabilidad en los hechos imputados, prestando conformidad con la pena acordada en el acuerdo de juicio abreviado al que había llegado su defensa con la fiscalía. Tras escuchar a las partes, la jueza de Garantías Ada Zunino lo condenó por ser autor de los delitos de hurto con escalamiento y amenazas, por lo que le impuso la pena de un año de prisión de ejecución efectiva.
Pero en sus antecedentes ya registraba una condena anterior que aún se encontraba vigente por lo que la jueza ordenó dejar sin efecto la condicionalidad de la misma y unificó ambas en la pena única de tres años de prisión efectiva. Para su cumplimiento fue trasladado a la Unidad Carcelaria 1 de Villa Las Rosas.