Dos personas imputadas por el delito de robo calificado por cometerse en poblado y en banda accedieron por un año a una suspensión de juicio a prueba. Se resolvió durante una audiencia flexible y multipropósito del Plan de Oralidad.
El ilícito fue denunciado por una mujer, quien manifestó haber sorprendido a personas extrañas en el interior de su domicilio. Habían ingresado luego de violentar un portón y le habían sustraído documentación, herramientas, indumentaria y otros bienes.
Los elementos fueron recuperados luego en allanamientos realizados por la policía.
La audiencia fue presidida por el juez Pablo Farah, quien les impuso a los dos acusados una serie de reglas de conducta: fijar domicilio y mantenerlo actualizado; abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas; no cometer nuevos delitos; abstenerse de ejercer actos de violencia contra la víctima. Además, en concepto de reparación simbólica del daño causado, deberán realizar donaciones a un merendero comunitario de barrio San Benito durante cuatro meses.
En el transcurso de la audiencia, los imputados ratificaron su conformidad y se comprometieron a cumplir con las normas establecidas. La fiscalía adhirió al planteo y la víctima, presente en la sala, manifestó estar de acuerdo con el beneficio concedido.
Por el Ministerio Público intervino la fiscal penal 6, Mercedes de la Cuesta. La defensa de los acusados estuvo a cargo de Ramiro Tejerina (defensor oficial penal).