En la madrugada del 30 de agosto pasado en el barrio Los Gremios, un hombre de 29 años irrumpió en la vivienda de su expareja, violando una orden judicial que le prohibía acercarse.
Esta situación no era algo nuevo. En reiteradas ocasiones, el acusado había llegado al domicilio, gritando y amenazando a la mujer, que cursa el último mes de embarazo, y a sus hijos menores. Pero esa noche, los vecinos fueron testigos de un incidente particularmente perturbador.
Pasadas las dos de la mañana el hombre comenzó a golpear la puerta del inmueble, forzando la entrada. Entre gritos aseguraba que no dejaría tranquilos a los ocupantes. Con un historial de violencia previa y el incumplimiento reiterado de las medidas cautelares que le prohibían acercarse, su exclamación era: "voy a entrar, me voy a drogar, no tendrán tranquilidad.
Ante la gravedad de la situación, la mujer, que ya lo había denunciado anteriormente, no dudó en llamar nuevamente al 911. Minutos después, personal policial llegó al lugar y logró detener al hombre, que había estado forcejeando con la puerta principal. La constante presencia del acusado había llevado incluso a la designación de una consigna policial fija en el domicilio, lo que no impidió el intento de ingreso esa noche.
El acusado ya había lanzado amenazas en días previos, entre ellas frases como "te voy a matar, te voy a hacer perder los bebés", sumando más angustia a una víctima que temía por su vida y la de sus hijos.
En una audiencia flexible y multipropósito, el hombre fue condenado por desobediencia judicial en dos hechos, amenazas, y tentativa de violación de domicilio. El acuerdo de juicio abreviado al que llegaron la Fiscalía y la defensa resultó en una pena de seis meses de prisión condicional, una medida que obliga al hombre a cumplir estrictas condiciones para no reincidir.
La jueza de Garantías 1 Ada Zunino aceptó el acuerdo luego de escuchar al imputado reconocer su participación en el hecho por el que fue detenido, y dictó la sentencia en conformidad con las pruebas presentadas.