Carlos Eduardo Tolaba (23) fue denunciado por su propia hermana por el delito de amenazas con armas. El joven, que tiene problemas de adicciones, llegó al domicilio familiar alcoholizado y amenazó a sus padres y a su hermana con un destornillador y un cuchillo sierrita, diciéndoles que los iba a matar a todos.
La joven salió a la calle a pedir ayuda y le hizo señas a un patrullero que pasaba por el lugar. Los efectivos ingresaron al domicilio con permiso de los propietarios y redujeron al imputado.
Familiares del acusado contaron que Carlos Tolaba se descontrolaba y amenazaba a sus hermanos menores cuando bebía alcohol y que, desde hacía un tiempo, había empezado a vender su ropa y sus zapatillas para comprarse sustancias estupefacientes.
La jueza María Gabriela González, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio, le concedió al acusado el beneficio de una suspensión de juicio a prueba y le ordenó cumplir una serie de reglas de conducta durante dos años. Esas normas son: comunicar al tribunal cualquier cambio de domicilio dentro de las 48 horas; abstenerse de consumir sustancias estupefacientes y de abusar del consumo de alcohol; someterse a los controles de la Secretaría de Derechos Humanos en forma semestral; abstenerse de ejercer cualquier tipo de acto de violencia contra la denunciante y su grupo familiar; realizar tratamiento psicológico para el control de sus impulsos y sus adicciones, previo dictamen de un profesional del Servicio de Psicología del Poder Judicial.
Si el acusado dejara de cumplir algunas de las reglas enumeradas, deberá someterse a juicio.