Un hombre, que se desempeña como bombero voluntario en la compañía Martín Miguel de Güemes, que tiene base en el barrio Santa Mónica, radicó denuncia el 8 de julio pasado. Ese día, cuando entró a trabajar advirtió que faltaban una motosierra y una moto guadaña. 

Ante esto, junto a sus compañeros revisaron las grabaciones del circuito de cámaras del edificio, donde vieron que cerca del mediodía un hombre tomó la llave del edificio que dejan en una ventanilla del baño para el ingreso de las guardias, y con ella ingresó y sustrajo los equipos. 

Vieron también que afuera de la base lo esperaba un niño a bordo de una motocicleta con la que se dieron a la fuga. 

De las investigaciones que realizaron efectivos policiales surgió que ese mismo día, el acusado llevó la moto guadaña y la motosierra a un taller del barrio Solidaridad para que los arreglen. Allí lograron recuperar los elementos sustraídos. 

La jueza de Garantías 8, Claudia Puertas, condenó en audiencia de juicio abreviado a Ignacio Emanuel Alejandro Rodríguez (30), a la pena de un año y seis meses de prisión de ejecución condicional por ser autor de los delitos de hurto calificado por hacer uso de llave verdadera sustraída agravado por la participación de un menor de edad. 

Durante dos años deberá fijar domicilio y comunicar cualquier cambio al tribunal. Además tendrá prohibido consumir estupefacientes y abusar de la ingesta de bebidas alcohólicas. Deberá adoptar oficio, arte, profesión o industria. Tampoco podrá acercarse al lugar donde cometió el hecho ni al bombero voluntario que lo denunció, en una distancia de doscientos metros. 

En caso de incumplir alguna de estas medidas podría dejarse sin efecto la modalidad condicional de la pena impuesta, que sería de cumplimiento efectivo. Finalizada la audiencia recuperó su libertad.