Una mujer, madre de dos nenas de 12 y 10 años, radicó denuncia contra su expareja luego de enterarse de que este había atentado contra la integridad sexual de su hija mayor. En abril de 2023 se presentó en la subcomisaría de barrio Autódromo y relató que se encontraba separada del acusado desde 2022, con quien tenía dos hijas en común. Dijo que a pesar de que él se había mudado a vivir a barrio Limache, seguía yendo a su domicilio para quedarse con sus hijas mientras ella se encontraba en el terciario, estudiando.

La denunciante manifestó que un día, al llegar a su casa, su hija mayor estaba muy enojada, agresiva y le dijo que estaba “harta de todo”. Al hablar con ella le contó llorando que su papá la tocaba en sus partes íntimas desde hacía mucho tiempo.
La mujer increpó al imputado y este reconoció los hechos, pero siguió insistiendo con ver a las menores. Ante esto, la denunciante solicitó medidas cautelares.

El sujeto fue condenado en un juicio abreviado a la pena de tres años de prisión condicional, como autor del delito de abuso sexual simple (dos hechos) agravado por la guarda y la convivencia, en perjuicio de su hija (actualmente de 14 años).

El juez Federico Diez le fijó reglas de conducta que deberá cumplir durante cuatro años para conservar la modalidad de prisión en suspenso. Entre ellas, prohibición de abusar de bebidas alcohólicas y de usar estupefacientes; someterse a tratamiento psicológico por el tiempo que determine un profesional especializado y presentar las constancias de su realización; prohibición de acercamiento de 300 metros de la víctima, a su domicilio y lugares de concurrencia habitual; prohibición de contactar a la menor por cualquier medio; prohibición de ejercer la responsabilidad parental.

Finalmente, el juez ordenó que se le realice examen genético al condenado para su posterior inscripción en el banco de datos correspondiente.