En junio de 2021, la víctima se animó a contar lo que su padrastro (76) le había hecho desde que ella tenía seis o siete años de edad. Dijo que durante mucho tiempo la “manoseó” en sus partes íntimas y llegó a accederla carnalmente. Manifestó que la primera vez que la atacó ella quiso delatarlo pero él le advirtió que si hablaba la iba a matar a su mamá.

La adolescente contó que cuando iba al baño, el acusado la agarraba, le tapaba la boca y la llevaba a un garaje oscuro donde él tenía sus cosas. Expresó que a los trece años ella no aguantó más y empezó a decirle que iba a llamar a la policía o que le iba a avisar a otros familiares. Entonces él dejó de someterla.

El agresor fue denunciado y condenado en un procedimiento abreviado. El juez José Luis Riera, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, le impuso la pena de ocho años de prisión efectiva como autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración agravado por la convivencia con una menor de 18 años, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal continuado, agravado por la convivencia con una menor de 18 años.