En octubre del año pasado, un adolescente que caminaba por Felipe Varela rumbo a la parada del colectivo para ir al colegio fue interceptado por dos jóvenes que lo amenazaron y se apoderaron ilegítimamente de su bolso. Adentro tenía un celular, auriculares, dinero en efectivo, la tarjeta de Saeta y un manojo de llaves.
Ambos sujetos se dieron a la fuga pero uno de ellos fue identificado y demorado poco después. Durante el procedimiento, el imputado amenazó al personal policial e intentó evadirse. El sujeto fue denunciado por el hermano mayor de la víctima.
Este hecho y otro acumulado fueron tratados durante una audiencia flexible y multipropósito presidida por el juez José Luis Riera. En ese marco se decidió otorgarle al acusado una suspensión de juicio a prueba por el término de un año. Quedó imputado por los delitos de robo simple, evasión y robo calificado por ser en poblado y en banda, en concurso real.
Para conservar el beneficio de la probation, el acusado deberá cumplir una serie de obligaciones durante un año: fijar domicilio, mantenerlo actualizado e informar cualquier cambio al Área de Reglas de Conducta de la OFIJU de Juicios; comparecer cuando sea citado; abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas; no cometer nuevo delito; abstenerse de acercarse a 200 metros del domicilio y de los lugares de concurrencia habitual de los denunciantes; abstenerse de entablar cualquier tipo de contacto, por cualquier medio, con los damnificados.
El juez le impuso además la obligación de realizar tareas comunitarias en el Centro de Salud del barrio Santa Cecilia durante seis meses. Finalmente, deberá entregarles dinero en efectivo a los denunciantes.