Un sujeto de 32 años fue condenado a tres años de prisión condicional al ser considerado autor de los delitos de abuso sexual simple (dos hechos) y grooming, en concurso real.

La madre de la menor damnificada relató que descubrió en el teléfono celular que dejaba en su casa para comunicarse con su familia unos mensajes de whatsapp enviados por la pareja de su hija mayor a una de sus hijas menores (12). Le decía que estaba enamorado y que quería estar con ella. En ese primer momento, la denunciante y su marido optaron por mantener silencio porque la mayor tenía una beba con el acusado y parecía estar feliz. Se propusieron vigilarlo de cerca para que no se quedara a solas con la víctima. Pero en una ocasión, en un descuido, el imputado salió con la menor a comprar y demoraron demasiado en regresar. La denunciante habló con su  hija y le contó que su cuñado la había llevado a un descampado, pero en ese momento pasó un patrullero y los policías les dijeron que se retiraran de allí.

Posteriormente, en el colegio de la menor dieron una charla sobre educación sexual y la víctima le contó a una profesora que su cuñado la había besado a la fuerza y que la acosaba. Las autoridades del establecimiento se comunicaron con los padres y les sugirieron hacer la denuncia.

El sujeto fue condenado en un juicio abreviado acordado en el marco del Plan de Oralidad. El juez Francisco Mascarello le dictó la pena de tres años de prisión en suspenso y le dictó una serie de obligaciones por el lapso de tres años, como someterse a tratamiento psicológico por la naturaleza del delito cometido y por su adicción al alcohol y a las sustancias estupefacientes; prohibición de acercamiento y de entablar todo tipo de contacto con la víctima; abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas.

Se ordenó la inscripción del condenado en el Banco de Datos Genéticos.